Artículos de interésAhorrar invirtiendo en subastas judiciales

Resulta muy habitual cuando surge la necesidad de invertir en un bien inmueble, acudir de forma automática a los diferentes portales inmobiliarios; filtrar y comparar. Si bien es una opción muy loable por la comodidad que brinda, no es la única.

Otra posibilidad tan interesante y rentable como desconocida, es la opción de la subasta judicial, una figura que la mayoría de la gente descarta por motivos diversos; algunos por simple desconocimiento sobre su funcionamiento, y otros porque piensan que en ella sólo pueden participar unos pocos “privilegiados”. Nada más lejos de la realidad.

Como sabemos, cuando una persona deja de cumplir con sus obligaciones pecuniarias (ej: pagar la hipoteca) se genera una deuda (en este caso con la entidad bancaria que se convierte en acreedor) de forma que, tras la ejecución de la misma, el bien se vende en subasta pública, donde pujan los interesados.

Estamos de acuerdo en que la opción de acudir al portal inmobiliario es muy cómoda, pues te permite filtrar según las preferencias concretas de búsqueda. Sin embargo, la subasta funciona de forma distinta, pues si bien existen diversas páginas web que facilitan de alguna forma el filtrado (como por ejemplo crear una alerta que nos avisará cuando salga a subasta un local comercial en Málaga) nunca éste será posible en la misma medida que permiten los portales inmobiliarios (donde se puede seleccionar desde el número de habitaciones hasta si lo queremos o no reformado, con piscina etc.)

Sin duda, la ventaja por excelencia de la subasta judicial es el ahorro (que en muchas ocasiones puede llegar a ser de hasta el 50 %)

Eso sí, tenemos que estar dispuestos a dar algo a cambio de esa rebaja, que será básicamente paciencia y capacidad de correr un riesgo. Digo paciencia porque cuando vemos un inmueble que nos interesa en un portal inmobiliario, la operación de compra y registro a nuestro nombre suele ser bastante rápida y segura. Sin embargo, esto no ocurre en una subasta, en la que desde que pujamos hasta que tiene lugar la adjudicación a nuestro nombre y puesta en posesión pueden pasar meses. En cuanto al riesgo, me refiero a dos aspectos fundamentales: el primero es el que concierne a no poder ver el inmueble antes de pujar (salvo que se solicite al Juzgado expresamente y nos lo acuerde, lo que no suele ser habitual) por lo que no conocemos el estado real del inmueble que nos interesa. El segundo riesgo que se puede correr si no estamos bien asesorados es en el caso de que el inmueble tenga cargas previas, de las que podría acabar respondiendo el adjudicatario.

Precisamente por lo comentado en el párrafo anterior, pujar en una subasta se puede convertir en todo un éxito que te suponga ahorrar/ganar mucho dinero, o en la peor de tus pesadillas si decides invertir en subastas sin el correspondiente asesoramiento de un experto en la materia que:

  • Rastree el mercado y busque las mejores oportunidades de inversión ofrecidas por las diferentes administraciones y en el Boletín Oficial del Estado.
  • Analice la rentabilidad de la operación y evite incurrir en los riesgos que la misma pueda acarrear, acudiendo al lugar donde se encuentra el inmueble, informándose de las cargas etc.
  • Realice todo tipo de trámites con las Administraciones y Juzgados hasta la puesta en posesión del inmueble a tu nombre.

Por todo lo anterior, invertir en subastas judiciales puede ser una excelente oportunidad de negocio para obtener altas rentabilidades y darle un valor productivo a tus ahorros.

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